martes, 21 de julio de 2009

CoN La Espada (NO)... CoN La PLuMa...(II)

Aquí va lo prometido, un texto del niño prodigio de nuestros pagos,
este va a ser inédito, o sea, no entra en la publicación, pero da gusto leerlo...

A los Negadores de Historias


Del escepticismo nacen las verdaderas sorpresas. No son los grandes

idealistas quienes gozan de sus proezas sino aquellos que descreen de
su verdadera aptitud de creer. Plasmando estos preceptos a la realidad
concluyo que solo aquellos quienes se niegan a visualizar los verdaderos
motores de la existencia son quienes pueden aceptar con facilidad la no
virtualidad de los hechos.
Los escépticos- o los por mí denominados "negadores de historias"

-poseen una visión tan particular y estrecha que en conjunto forman
una gran masa que los asimila a la otra gran masa con la que coexisten.
Desde mi visión del comportamiento humano, nadie es tan original. Las

conductas se reiteran sucesivamente unas a otras en fragmentos imperceptibles
que nos hacen creer ajenos a lo aledaño. Pero no hay que confundirse. Los
escépticos poseen otras virtudes, y una de ellas es la posibilidad de sorprenderse.
El mundo no es tan complejo y los procesos son cíclicos, y mientras los creyentes
solo deben recorrer un radio, ellos (los negadores de historias) agotan sus
recursos recorriendo un diámetro infinito, de decepción, de asimilación a lo
desconocido que se torna conocido por los demás.
Mis estudiados seres niegan con seguridad absoluta, inhibidora. Niegan el

amor, la felicidad, las casualidades. Niegan la Divina Providencia, el amanecer,
la confianza y el fracaso. Y es aquí donde quiero dar finiquito a mi observación.
Admiro a estos seres profundamente, pues ellos y solo ellos saben cómo evadir
el sentido común, lo consuetudinario del alma, "El Aleph" y "La escritura del
Dios" de Borges. Aquí, in fine de mi texto les doy las gracias por no creer, por
alentarme a vivir dos veces.
Ale Amadeo
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